La OIT (Organización Internacional del Trabajo) define el teletrabajo como una ‘forma de trabajo que se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina y la nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación’.
Según este informe sobre teletrabajo hay encuestas que muestran que un 16% de los trabajadores europeos utilizan ya este sistema, y se prevé que dentro de cinco años crezca hasta situarse en el 75 %
El aumento creciente de la modalidad laboral de teletrabajo es debido a unas claras ventajas como pueden ser, por ejemplo:
- Mayor autonomía, flexibilidad y movilidad
- Aumento de la productividad
- Más oportunidades laborales
- Mejor integración laboral de personas con capacidades diferentes
- Reducción de desplazamientos, evitando o minorizando los movimientos con las implicaciones de accidentes, pérdidas de tiempo, atascos…etc
- Más respeto al medio ambiente
- Desvinculación del lugar y del horario de trabajo sustituyendo «obligación» de estar en un lugar por «responsabilidad “de realizar y entregar las tareas.
- Permite la conciliación familiar de los miembros de la pareja pudiéndose distribuir mejor las tareas domésticas.
- Menor coste de producción.
- Diferentes formas de gestión del tiempo y eliminación del presentismo
- Reducción sustancial del absentismo laboral
- Inversión en las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
- Reducción de costos de infraestructura
- Facilidad de expansión y crecimiento para los proyectos empresariales
- …
Pero el teletrabajo debería de ser una opción y no una obligación como lo es en estos momentos.
Antes de optar por esta modalidad, debemos de tener una cultura de teletrabajo que implique un método de funcionamiento diferente del presencial. Esta cultura se adquiere mediante técnicas que nos ayudan a planificarnos y adquirir las competencias necesarias para la capacitación en el funcionamiento de un modelo diferente al presencial, situación que no se consigue de la noche a la mañana.
El golpe global que estamos recibiendo por parte de COVID 19, tanto a nivel social, político y económico, con una brutal pérdida de puestos de trabajo, es algo inédito en la historia, en este caso en el que nos vemos sumidos en la actualidad, el teletrabajo no es una opción, sino una obligación para aquellos casos privilegiados en que su actividad laboral puede permitírselo.
Las circunstancias en las que se está desarrollando el teletrabajo en la mayoría de las actividades profesionales que permiten esta modalidad, desde luego, no son ni mucho menos las condiciones idóneas para las que se creó este teletrabajo.
En estos momentos, el ambiente del trabajador no es el más apto para el desarrollo de sus actividades, por ejemplo, no hay separación entre trabajo y vida familiar, debemos de ocuparnos sobre todo de los pequeños y pueden aumentar los conflictos dentro de esta relación.
Debido a que hay un confinamiento existe una pérdida forzada de colaboración con otros compañeros del área, todos nos sentiremos aislados con nulo contacto físico con compañeros de trabajo u otros seres humanos, el aislamiento físico por el estado de alarma y el miedo a la perdida del trabajo puede ser constitutivo de poca productividad.
Debido al cambio tan drástico en la metodología operacional, puede darse que no todos los trabajadores tengan fácil el acceso a las diferentes plataformas o tengan deficiencias conceptuales en las tecnologías a utilizar, también podríamos encontrar en un gran número de casos la imposibilidad del cumplimiento de las normas referidas a las seguridad y protección individual en el puesto de trabajo.
En un futuro próximo, cuando esta situación esté superada, estoy seguro de que nos habrá valido para reforzarnos y cuestionar innumerables cosas que, en definitiva, nos han llevado hasta aquí, y espero que no veamos el teletrabajo COVID 19 como un éxito, sino como una técnica de supervivencia.
A mi parecer, aunque millones de personas estén teletrabajando debido a una coyuntura global de fuerza mayor, creo que es un flaco favor llamar a esta actividad accidental y temporal que atenta a la verdadera naturaleza del teletrabajo……. “teletrabajo”.
¿No sería mejora llamarlo, por ejemplo, …survival job?
