Salario base, base de cotización, base de IRPF, devengos, retenciones, conceptos… son términos con los que convivimos los que por suerte tenemos una nómina que regularmente se ingresa en el banco. Pero no porque esto ocurra todos los meses, dichos términos tienen que resultarnos familiares…
En algunos casos, este papel llamado recibo de nómina puede venir dentro de un sobre que ni siquiera se abre, o bien se abre para centrarnos en una sola casilla llamada ‘neto’. En otras ocasiones no existe el papel, tenemos habilitado un buzón de correo electrónico en el que se depositan los ficheros y cuando vamos a abrirlo no nos acordamos de la contraseña y quedan guardados y asegurados de por vida. En el momento actual se tiende a organizar esta documentación en un portal del empleado en el que entramos de vez en cuando y nos encontramos nuestro amigo el recibo de nómina como un registro que informa del queridísimo y necesario neto que lleva un fichero asociado normalmente en .pdf que tampoco abrimos.
El recibo de nómina es un documento ‘mágico’, que deberíamos de entender todos. Creo que después de su comprensión, aspectos de la vida diaria que nos rodean estarían mucho más claros, como por ejemplo la financiación de la sanidad tanto pública como privada, entenderíamos la formación para el empleo, la complejidad del sostenimiento de las pensiones, el coste real que tenemos para la empresa que nos contrata, el salario de desempleo… y seguro que muchísimos de nosotros tendríamos argumentos bastante más acertados a la hora de opinar sobre las políticas de nuestros dirigentes o sobre aspectos relacionados con nuestra propia empresa.
La seguridad y salud en el trabajo es algo muy importante a tener en cuenta y para ello existen inspecciones periódicas realizadas por los servicios de prevención, así como cursos que nos dan a conocer cómo prevenir situaciones poco saludables.
En el momento en el que una empresa te contrata, facilita una serie de documentación para la compresión del entorno en el que nos vamos a desenvolver un número importante de horas al día. También se organizan sesiones formativas para entender todo aquello necesario para nuestro desarrollo profesional dentro de la organización.
Pero algo tan importante como la comprensión del recibo de liquidación del importe económico que nos pagarán como contraprestación a nuestra actividad, pasa a un segundo plano. No existe por lo general un tiempo dedicado por defecto a este fin, ni un pequeño manual que sin duda nos daría a conocer ciertos aspectos demasiado importantes en la vida en general.
Pero esto puede ser hasta lógico ya que tampoco nos enseñan a leer y a escribir, hay ciertas cosas que deberían de traerse aprendidas y esta creo que es una de ellas.
Si esto fuera así, por ejemplo, la implantación de planes de retribución flexible en las organizaciones, sería mucho más sencillo y cuando hablamos de pagar pensiones no se nos ocurriría decir que no se ‘recaudan suficientes impuestos’.
En definitiva estoy absolutamente convencido que entender nuestro recibo de nómina nos daría una perspectiva amplia y clara de muchísimos aspectos de nuestra cotidianeidad y veríamos lo realmente distantes que están el recibo de la luz y el recibo de la nómina a la hora de su comprensión, aunque parezca lo contrario.
