Viajar con los ojos abiertos

Viajar con los ojos abiertos

Seguro que la inmensa mayoría de nosotros somos de los que aprovechamos el verano para disfrutar de las vacaciones y hacer alguna escapadita dentro o fuera de nuestras fronteras nacionales. Es curioso, porque aunque la idea suele ser viajar para desconectar de la actividad laboral, los que somos apasionados de nuestro trabajo tendemos a aprovechar –consciente o inconscientemente- para ir un paso más allá de la desconexión y reorganizar muchas de las cuestiones que pretendemos dejar en la oficina. ¿No os pasa?

La cuestión es que, a veces, el simple hecho de salir de nuestra rutina hace que nuestro cerebro cree nuevas conexiones que nos ayudan a activar ‘esta’ o ‘aquella’ zona que estaba algo acomodada al día a día. De esa descarga energética neuronal pueden/suelen salir ideas brillantes… y sí, por increíble que parezca, aun estando de vacaciones puede que sigamos trabajando…

Así, aunque nadie se va de vacaciones a otro lugar para ‘trabajar con la mente’ es muy probable que este verano algo que conozcas te dé ideas para el futuro en tu puesto de trabajo. Por eso es importante que cuando viajemos tengamos los ojos bien abiertos, no con una ansiedad enfermiza por obtener información, sino por la curiosidad que pueden despertar en nosotros conocer algo nuevo: un paisaje, una comida, un idioma, una persona… ¡Todo enriquece! Tanto en lo personal como en lo profesional.

La clave está en vivir con intensidad cada acontecimiento, cada detalle; de ese modo, todo marca, hasta lo que parece más insignificante. Seguro que durante tu viaje te saldrá más de una frase de tipo: ‘Fíjate cómo organizan aquí esto’, ‘Qué fácil es hacer eso de esta otra forma’, ‘Qué práctico resulta utilizar este sistema’… ¿Podrías aplicarlo en alguna faceta de tu vida? ¿Podría aportarte la solución que estabas buscando a un tema laboral? ¡Quién sabe!

Por eso es tan importante viajar y descubrir visiones diferentes sobre un mismo asunto. Lo mejor: encontrarlas sin buscarlas ni hacer de ello el objetivo de tus vacaciones lejos de casa… Simplemente, que surjan. Es por ello que hay que moverse con los ojos abiertos y con una predisposición clara al aprendizaje y al querer conocer. Ah! Y sin olvidarse de desconectar de la rutina laboral. ¿Crees que es posible combinar las dos cosas? ¡Nosotros sí!