Entre los temas que más preocupan a los responsables de Recursos Humanos y empresarios en nuestro país es el atinente a la seguridad y salud de sus trabajadores; y las graves consecuencias legales que acarrean, sin obviar el drama personal. Baste indicar que en España el número de trabajadores que fallecieron a causa de un accidente laboral en el año 2.017 ascendió a 618, once más que en 2.016. Esta cifra demuestra por sí sola que existe una necesidad inmediata por parte de las organizaciones productivas -y no solo por ellas- de hacer frente a este desafío de la siniestralidad laboral y proteger a los trabajadores.
A este respecto, debemos destacar que el pasado mes de enero se aprobó la norma ISO 45001 bajo el título ‘Sistemas de seguridad y salud en el trabajo’, y cuya publicación oficial se espera para marzo. Esta norma marca el estándar internacional que debe cumplirse en la certificación de sistemas de gestión de Seguridad y Salud en el trabajo (SST), y viene a sustituir a la norma OHSAS 18001/2017. A estos efectos debemos indicar que las empresas disponen de un plazo de transición de tres años para cumplimentar la nueva norma.
El objetivo de la norma ISO 45001 es reducir el riesgo de enfermedades y lesiones en el entorno laboral y, en el óptimo de los escenarios, evitar no solo los accidentes sino cualquier riesgo mediante la implementación de un sistema de gestión eficaz en la materia. Esta norma está dirigida a cualquier organización, independientemente de su tamaño, tipo o actividad y es certificable por un organismo independiente autorizado.
Del borrador final podemos destacar los principales avances:
- Se refuerza el papel de liderazgo de la dirección y fomenta la participación de los trabajadores.
- Se introduce un nuevo contexto de organización, dirigido a determinar cuestiones externas e internas de la organización que son pertinentes a fin de determinar cuáles de ellas son o podrían convertirse en requisitos del sistema de SST.
- Se introduce el término información documentada, que abarca tanto la información documental de carácter general (manuales, procedimientos), como la relativa a la gestión y control de la empresa “strictu sensu” (registros…)
- Se establece un control operacional encaminado a una gestión del cambio, de manera que la empresa deberá establecer un procedimiento para la implementación y control de los cambios tanto temporales como permanentes que le puedan afectar.
Para concluir, hay que reseñar que una de las principales novedades de la norma está dirigida a la necesidad de una planificación preventiva, derivada de la evaluación no sólo de los riesgos sino también de las circunstancias favorables de cada empresa. De esta manera, el enfoque global ayuda a traducir los resultados de riesgo en planes de acción adecuados para la evaluación, verificación, inspección, revisión legal e investigación de accidentes con el objetivo de reducir los riesgos, proteger a los trabajadores y controlar las amenazas en infraestructura que puedan ser causantes de accidentes.
No podemos dejar de valorar positivamente esta normativa, ya que creemos que una norma internacional en el campo de la prevención de riesgos laborales es una herramienta especialmente útil a la hora de combatir la siniestralidad laboral, máxime en tiempos como los actuales de tránsito transfronterizo de empresas y trabajadores. Además, la necesidad de una certificación de terceros independientes ayuda a demostrar que una empresa está cumpliendo con sus obligaciones preventivas de modo real y eficiente, suponiendo el proceso de obtener y mantener la certificación un acicate para asegurar que se está en una mejora continua en todas las áreas de la organización.
