Por fin, tras nueve meses de espera, el verano ha vuelto. Suben las temperaturas, crecen los días, se intensifica la vida social, …la época soñada durante el resto del año.
Con la llegada del buen tiempo comienza el periodo en el que la gran mayoría de los trabajadores acostumbra a disfrutar de las vacaciones, aprovechando así la bonanza climática para disfrutar de la playa, el monte, hacer turismo o simplemente descansar y pasar más tiempo de calidad con aquellas personas a las que en época laboral puedes dedicar menos tiempo del que quisieras.
¿De dónde proviene la costumbre de las vacaciones? Según los historiadores, el primero en instaurar la figura fue Tarquinio “el Soberbio”, emperador romano quien en el siglo VI a.c. concedió a sus esclavos un día libre en las ferias de homenaje a Júpiter. Cinco siglos más tarde, los emperadores Julio César y Augusto trasladaron esas fiestas a verano y dejaron sus nombres a los meses tradicionalmente asociados al ocio y el descanso, julio y agosto.
Este derecho fue evolucionando de un modo lento durante los siglos hasta llegar al siglo XX en que comienza a instaurarse en los países europeos el concepto de vacaciones pagadas. España, por ejemplo, instauró en 1918 un permiso de quince días libres al año para los funcionarios públicos.
Durante la Segunda República Española ese derecho al descanso se universalizó a siete días en la Ley del Contrato de Trabajo (1931). En 1938, durante la Guerra Civil, el régimen franquista legisló al respecto, pero no estableció duración al derecho hasta 1944 en que se recuperaron los siete días libres.
En 1948 las Naciones Unidas recogieron las vacaciones periódicas pagadas en la Declaración de los Derechos Humanos, pero España ocupa aún un lugar muy destacado en este aspecto. Los 30 días naturales recogidos en el actual Estatuto de los Trabajadores están muy por encima de la media, y, si la comparativa se hace con los países asiáticos o americanos, la diferencia es aún más acusada. ¿Sabías que en EEUU las empresas no tienen obligación de conceder vacaciones a los empleados?
Y ahora que nos hemos situado temporalmente, es bueno que demos perspectiva a lo que significan las vacaciones. Evidentemente no tiene nada que ver el día libre del esclavo romano con las actuales condiciones, pero no hace falta ser tan drástico en la comparativa, ¿significan lo mismo las vacaciones hoy en día que las de hace cincuenta años?
Es obvio que no, o al menos no para una mayoría de la población, ya que algunos trabajos han evolucionado menos que otros, se han visto menos afectados por la modernización, digitalización, teletrabajo, …por lo que las condiciones han variado menos; pero para otros, sin embargo, los cambios han sido de tal calibre que nada tiene que ver el momento actual con el pasado aún no tan lejano.
No debemos olvidar nunca que el derecho al descanso ha de ser uno de los pilares que sustente las relaciones de empresa y trabajador. Sin este derecho la relación se reduciría a una carrera continua por conseguir trabajar más y más, una visión antigua ya que trabajar más no es sinónimo de ser más productivo, como el descanso no es sinónimo de “tiempo regalado”, es un tiempo necesario y que el trabajador genera durante los periodos de actividad.
Con la llegada de la informática, los smartphones, las tablets, y, muy especialmente, el teletrabajo, la vida personal y laboral se han diluido, siendo difícil en ocasiones saber donde acaba una y empieza, otra circunstancia que en muchos casos dificulta este derecho a las vacaciones y en otros casos esta generando el nacimiento de nuevas figuras como el worktation (trabajar desde el lugar de vacaciones) o el flexiworking (trabajo sin horarios), y me vuelvo a preguntar ¿esto son avances o suponen nuevas trabas a la desconexión efectiva?
Son muchas las opiniones y, por supuesto, de todo tipo: hay quien prefiere el modelo clásico, los habituales días de desconexión absoluta camino a la playa con la familia, y también hay quien se siente mas cómodo en estas nuevas figuras que permiten flexibilizar la presencia en el puesto de trabajo otorgando al trabajador beneficios intangibles que repercutirán indirectamente en otros aspectos como la satisfacción con el puesto o la política de captación y desarrollo del talento.
Probablemente, esta figura sufra muchos cambios en los próximos años. Como he tratado en otras ocasiones, las relaciones laborales han evolucionado muy rápido en los últimos años. Era una tendencia y la aparición del COVID19 y todas sus consecuencias ha contribuido a acelerar el proceso… ¡Esperemos que todo sea para mejor!
Hoy la “perla musical” no podía ser otra…
Hot town, summer in the city
Back of my neck getting dirty and gritty
Bend down, isnt’t a pity?…
